lunes, 21 de junio de 2010

MACHAQ MARA

Ayer a la noche fuimos a la Reserva Ecológica a comenzar la vigilia y la fiesta del año nuevo andino, esperando el amanecer, y con él el comienzo del año, con la aparición del Inti Tata (el Sol Padre).
Para darles un poco más de información, los pueblos originarios del altiplano festejan el año nuevo el 21 de junio, coincidiendo con el solsticio de invierno (lo que para nosotros es comúnmente el inicio del invierno). Es la noche más larga del año, y el día en el que el Sol está en su máxima distancia de la Tierra (siempre hablando en relación al hemisferio sur). Simbólicamente es el "reinicio del acercamiento" del Sol a la Tierra, y con él, un nuevo inicio del ciclo agrícola. Hoy se festeja el comienzo del año 5518.
El ritual de ayer comenzó a eso de las 23 hs. Nos pusimos en círculo (ubicados mujer-varón-mujer-varón). A cada uno se le daba una madera, con la que había que dar una vuelta en sentido contrario a las agujas del reloj, alrededor de donde próximamente se haría el fogón. Una vez dada la vuelta, el Taita recibía la madera, que luego acomodaba para el fogón.
Una vez participado todos los integrantes del círculo, se iniciaba el fuego (en este momento no pudimos grabar nada porque no había luz). Al prenderse el fuego, cada uno de nosotros debía decir de dónde venía y por qué estábamos allí. Más adelante, y a lo largo de toda la noche, se reflexionó mucho (siempre en grupo; las charlas se hacían entre todos, manteniendo el círculo). Se habló de la naturaleza, de la colonización, y del actual período de "descolonización" (los aymaras y quechuas dicen que ya terminó la noche de los 500 años -en 1992- y que estamos en el inicio de una nueva era).
Para alegrar la fiesta, tocó un grupo de sikuris.
Lo más emocionante fue cuando el cielo ya estaba empezando a aclarar. Faltaba poco para que apareciera el Sol. Todos nos pusimos de pie, en ronda, (excepto algunos del grupo que estábamos grabando el momento fuera del círculo). Posicionados mirando hacia el Este, con el río como escenario y el Sol que asomaba sus primeros rayos, todos alzaron sus palmas a esperar el baño de luz y energía. El Taita y otros participantes tocaron instrumentos de viento. Dijeron algunas frases en quechua y aymara. Se hizo un largo silencio. Se realizaron ofrendas al Inti Tata y se pidió por un buen año.
El Taita fue quien dio la señal de que la salida del Sol y el ritual ya habían finalizado. Todos se desarmaron del círculo, se saludaron y auguraron un buen año. Los sikuris empezaron a tocar.

Acá dejo unas fotos que encontré en internet, pero son muy parecidas a lo que vivimos y grabamos:









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